jueves, 4 de noviembre de 2010

Va de vinos

Evidentemente, no me voy a poner hablar aquí de lo buenos que son unos u otros caldos. Ni de uvas, añadas o Denominaciones de Origen. Siempre he sentido interés por este mundo, pero reconozco que le he dedicado poco tiempo.

Soy de las personas que piensan que la mayoría de la gente sabe apreciar un buen vino. Sobretodo si no lo suelen beber muy asiduamente. Quiero decir, que la gente, en general, sabe apreciar lo bueno. Me doy cuenta cada día en la tienda. Muchos, primero, dicen que "les da igual" un producto u otro, o con unas características concretas, pero realmente, cuando prueban algo "mas bueno" o de "mejor calidad", lo notan. Te lo dicen. Y con el vino, claro esta que con más matices, pasa lo mismo.

No se si es un movimiento actual, de hace meses o algunos años, pero lo cierto es, que la mayoría de consumidores de productos gourmet, delicatessen o vinos, cada día se interesan más por lo que compran. Su procedencia, como esta elaborado y como no, el precio...

El consumo de vino a bajado en los últimos años en el sector de la restauración. Muchos factores hay que lo han provocado, pero para mi, uno de los principales, ha sido el ABUSO que el 90% de los restauradores han hecho con este producto. No es que apliquen el margen de beneficio para su negocio, sino que lo han multiplicado por mil. Y claro, el consumidor acepta muchas cosas, pero que lo tomen por tonto... pues va a ser que no.

Hoy hay un sin fin de opciones para que el cliente conozca mejor el producto: las bodegas venden vino es improvisadas tiendas unas o con un diseño que poco tiene que envidiar a los establecimientos especializados. También de estos últimos ha habido un gran auge, por lo que hay más competencia y los precios están más ajustados. Y luego estan los supermercados. Ya no hablamos de las grandes superficies ni de los gourmets más selectos, sino del supermercado de "a pie", que tiene toda una sección dedicada a los caldos.

En un restaurante hay muchos, muchos gastos que la gente no ve. No me refiero sólo a la mantelería, cristalería y complementos para abrir y decantar un vino. Si visitas un restaurante dónde un somelier o maitre con experiencia en vinos te lo sirve adecuadamente y las copas son buenas y tienen un buen servicio, el precio del vino, siempre que esté dentro de lo razonable, es más que justificado. Pero da la circunstancia, que puedes encontrarte con un mismo vino con el mismo precio, en dos restaurantes diferentes, que uno te de todos esos servicios y que en otro, ni siquiera saben servir una copa...

Y digo yo, que teniendo como tiene el consumidor este tipo de información, dónde sin quererlo, tiene a su disposición toda una gama de vinos de todas las Denominaciones de Origen, vinos de autor y un sin fin de variedades, ¿cómo se va a pedir la misma botella en un establecimiento donde le cobran más del triple que lo que el podría pagar??? yo desde luego, y siento decirlo porque en mi familia somos restauradores, prefiero comprarme un buen vino y bebermelo en casa.

Esther